domingo, 29 de abril de 2012

Opera de la Calle



 Compañia Opera de la Calle presentándose en la Avenida G de La Habana


Por Yuniet Escobar Ortega


Tomado de http://www.cubasi.cu/


Conversar con el barítono Ulises Aquino, una de las figuras más importantes en el panorama lírico en Cuba, siempre es una excelente oportunidad para conocer un poco más sobre este género en nuestro país y el mundo.
Recuerdo que hace algunos años en un encuentro entre amigos tuvimos una larga charla sobre la tradición del teatro lírico y la falta de una crítica especializada en nuestros medios de comunicación. Periodista al fin y al cabo intenté salir de aquella discusión de una forma decorosa. Cuando casi se me habían acabado los argumentos y estaba a punto de pedir una tregua, una amiga vino a salvar la situación. Al final solo quedó el compromiso de que él me daría unas cuantas clases sobre el canto lírico y yo me prometí que ya volveríamos a hablar. 
La promesa nunca se cumplió, pero hace unos días encontré un nuevo pretexto para acercármele. Esta vez iba preparada con mi grabadora y unas cuantas preguntas anotadas en la agenda. ¿El motivo?, saber los detalles del nuevo proyecto que desde hace unos meses le roba horas de descanso y lo hace soñar con los ojos bien abiertos: la compañía Ópera de la calle.     

¿Qué es Ópera de la Calle ?

-Ópera de la calle es un nuevo concepto del teatro lírico. Desde hace muchos años venía preocupado porque cada día había menos asistencia de público a las presentaciones del Teatro Lírico Nacional y la tradición que existía en nuestro país se estaba perdiendo. Una tradición además que era histórica. Las causas pudieran ser muchas, pero pienso que se debe fundamentalmente a que en el contexto cubano se ha creado una dinámica diferente. Por ahí pasa el problema del transporte, la falta de electricidad en los teatros, que se agravó en los años 90… Me dije bueno, si la gente no se acerca a los teatros, el arte lírico tiene que acercarse a la gente.
“De ahí surge entonces la idea de crear la compañía. Durante un tiempo nos dedicamos a formar una orquesta sinfónica, de formato de dos que permitiría la fácil transportación, creamos también un coro lírico. Buscamos y seleccionamos entre los mejores músicos del país para que formaran parte del staff de la compañía. El día 28 de abril de 2006 el Consejo de las Artes Escénicas aprueba Ópera de la calle, en principio como un proyecto y ya hoy como una compañía establecida. Si te voy a hacer honesto le pusimos ese nombre porque cuando comenzamos no teníamos absolutamente nada, estábamos prácticamente en la calle. Después el propio nombre nos sugirió que esa era la proyección que debíamos seguir para trabajar el género lírico. Justamente debíamos acercarnos a todos los segmentos poblacionales y llevar esta manifestación artística a las comunidades, barrios y provincias del país”.

Ulises Aquino con Rosita Fornes y Alicia Alonso durante una presentación en el Gran Teatro de La Habana

¿Qué músicos te acompañan en este proyecto?

-Me acompañan músicos muy buenos y talentosos como la maestra Ana Miriam Santana, una excelente directora de orquesta y coro, diploma de oro del Instituto Superior de Arte y ganadora del concurso de dirección de artistas Leo Brouwer; el realizador de cine y televisión René Arencibia; el músico,  trovador y actor del teatro musical Enrique Núñez Rodríguez (hijo); jóvenes cantantes como Juri Camba, Antonio Jorge, Félix Bernal, dos jóvenes sopranos. Todos con una imagen muy, pero muy pegada a lo que es la juventud de hoy, que es esencial para el trabajo que quiere hacer la compañía.

¿Cómo está conformado el repertorio?

-Nosotros intentamos hacer algo totalmente diferente a lo que se viene realizando en el país. El género lírico depende de la asistencia de público a las salas del García Lorca o de aquellos lugares donde se presenta un cantante, digamos que descontextualizado. Y cuando digo esto, me refiero a que este no es el país de los elegantes smokings, brillos, al contrario este es un país muy bonito, modesto y tú tienes que mostrarte tal como eres, respetando siempre la idiosincrasia que hace casi 50 años nos identifica. Por eso es que si uno se aleja de una manera significativa de ese público, tu presencia se convierte en algo inalcanzable, en algo que ya no interesa al contexto, porque realmente nunca vas a llegar a estar a la altura de ese público. Por eso nuestra muestra es muy real y tratamos de ser un reflejo de nuestra sociedad. Pretende ofrecer otra alternativa de teatro lírico, basados en el repertorio clásico cubano y universal de este género, con una proyección de contemporaneidad.     


Ópera de la calle ya está andando con luz propia,  ¿me pudieras contar qué ha pasado con el público?

-El resultado ha asombrado a todo el mundo, incluso hasta a mí. Yo nunca me imaginé que pudiera ser tan profundo y que gustara tanto. De verdad que estamos disfrutando muchísimo el resultado que hemos tenido en las presentaciones. Actuamos por primera vez el 27 de enero en el espacio de la Pérgola , en elMinisterio de Cultura y el 28 estuvimos en la Casona de Línea. Increíblemente en los dos conciertos el lugar estuvo abarrotado de personas de todas las edades y principalmente de jóvenes que no conocen qué es el género lírico porque no han tenido la oportunidad de acercarse a este tipo de música. Hicimos también una presentación en la Escuela Latinoamericana de Cojímar y nos quedamos perplejos de ver una masa enorme de jóvenes y estudiantes universitarios con un nivel de sensibilidad muy grande.

¿Cuáles son los planes más inmediatos? 
 
-De momento estamos organizando una gira por todos los municipios de la capital. La idea es acercarnos a aquellos barrios donde las personas puedan entender más fácilmente nuestro trabajo, porque tampoco se trata de imponerlo, aunque yo personalmente pienso que no hay nada complicado en lo que hacemos. Una vez terminada la gira por los barrios capitalinos, comenzaremos por todas las plazas del país. Pensamos empezar por la Plaza de la Revolución , seguir por la de Guantánamo y terminar en Pinar del Río.

Ópera de la calle está haciendo un trabajo muy serio con el uso del audiovisual ¿Me pudieras hablar sobre eso?

-Nosotros usamos las nuevas tecnologías para la proyección de la escenografía. Mediante las luces y las imágenes contextualizamos la obra que vamos a trabajar. La presentación de una obra lírica puede resultar muy costosa, sobre todo si contamos los vestuarios, la escenografía… El gasto pudiera estar por el medio millón de pesos y ese quizás es el presupuesto que teníamos para pagar a los músicos. Por eso decidimos realizar la inversión en tecnología y compramos tres grandes pantallas para la proyección de las imágenes que nos ayudarían a ubicar al público en el contexto dramatúrgico de la obra que estuviéramos presentando.  Eso unido a las luces creaba el escenario perfecto que necesitábamos. El trabajo en este sentido también ha sido muy bueno porque contamos con René Arencibia, que tiene mucha experiencia con el audiovisual y nada, hasta ahora nos ha ido bien.


El arte lírico es un poco elitista y gusta a un determinado público, ¿has pensado en el tremendo reto que tienen por delante?

-El género lírico no es elitista o al menos no es elitista por la dificultad o no que pueda tener para que alguien le pueda gustar o entender. Este género es elitista porque las elites en el mundo son los que lo han absorbido y los que lo han malcriado, por decirlo de alguna manera. Lo han puesto a un nivel que al pueblo es prácticamente inalcanzable. Tipificar al género lírico de hoy es una cosa bien complicada. Por ejemplo nadie puede negar que los integrantes del grupo Il divo son tenores, barítonos  o que Andrea Bocelli es un excelente tenor. Son cantantes líricos muy buenos que están realizando fusión con una propuesta muy interesante. Ellos se han acercado muchísimo a las grandes masas. Entonces nosotros no podemos seguir viviendo de espaldas a lo que está pasando en el universo musical. Tenemos la obligación de estar al día y nosotros incluso más que ellos porque realmente Cuba sí no es el más, es uno de los países más musicales del mundo. Con un género lírico autóctono. Y es que hay algo que no se entiende bien y es el hecho de que lírico puede ser una canción de Silvio, de Pablo porque el género es la manera en la que tú interpretas, no es la música que tú ejecutas. Yo creo que eso es lo que no ha estado claro en nuestro país. Ningún género es menor que otro. ¿Es menor musicalmente hablando Van Van que el cuarteto de Saxofón de La Habana ? Van Van es un símbolo de la música cubana. ¿Quién puede decir qué es lo clásico? Para mí tan clásico es Pablo Milanés como Lecuona. Quizás la música de Lecuona, por el contexto en que vivió y la preparación que tuvo, es más elaborada, pero la música de Pablo pudiera elaborarse. En ese mismo caso está la música de Silvio. 

Durante la entrevista has mencionado en varias ocasiones que en Cuba existe una tradición del género lírico, pero ¿se podría afirmar que en nuestro país hay una escuela en este género?

-Creo que en Cuba hay una gran devoción por el arte lírico. Decirte que hay una escuela sería afectar las diversas maneras en las cuales los cantantes asumen el género. Al principio de la Revolución y durante todo el proceso revolucionario varios cantantes cubanos recibieron instrucción en diversas partes del mundo. Por ejemplo hay cantantes que se formaron en Rumania, Rusia, en Bulgaria, Italia, España y la técnica de canto eslava es diferente a la latina. En Cuba se dan clases de canto y se está logrando cada día más un concepto propio de lo que es un cantante lírico, aunque no creo que el hecho de cantar sea necesariamente el fruto de una escuela. Hay personas que cantan por naturaleza porque nacieron con ese don. Pero respondiendo a tu pregunta, creo que una escuela de canto cubana no existe en estos momentos. Va llegar el día en que sí tengamos una.


¿Y está asegurada la continuidad del arte lírico?

-Cuba es una industria de hacer artistas. Todos los cubanos somos artistas por naturaleza. En el canto pasa lo mismo. Te puedo asegurar que la continuidad del arte en nuestro país está garantizada. En Cuba existe la escuela del Teatro Lírico Nacional, una filial del conservatorio Amadeo Roldán. En el Teatro Lírico Nacional se está formando muchos cantantes líricos entre 15 y 18 años con muchísimo talento y creo que muchos de ellos van a formar parte del panorama musical cubano en los próximos años. Por otra parte también está el Instituto Superior de Arte formado cantantes y por supuesto ahora está Ópera de la calle. Nosotros estamos formando los cantantes que asumimos de la calle. Es una tarea bastante linda porque aquí los estamos enseñando a trabajar como actores, músicos, bailarines.

En la actualidad existe un debate en torno a nuevos géneros que están surgiendo y muchos plantean que a los jóvenes de ahora no les va a quedar nada que puedan recordar en cuanto a letra, música. ¿Qué piensas sobre eso?

-No estoy de acuerdo con eso. Creo que todo lo que se manifiesta musicalmente como puede ser desde el reguetón hasta la ópera tienen un sentido y una razón de ser. El rap, el hip hop y el reguetón surgieron como una necesidad de expresión. Si analizas el contexto en que surgieron, podrás ver que se dio entre personas que no tenían una preparación musical específica. Es decir que a la hora de interpretarlo, lo hacen personas como lo pudo haber hecho Polo Montañéz, que tampoco tenía una preparación musical. Los reguetoneros de hoy se expresan como único saben hacerlo porque nadie puede negar que son un fenómeno musical. En lo que no estoy de acuerdo es que tú renuncies a tu esencia musical para convertirte en reguetonero, pero sí creo que todo lo que tú puedes utilizar de los géneros musicales para realizar algo nuevo, es válido.  A veces dicen más cosas que las que se decían antes.
“Quizás el problema está en cómo asumen los medios de comunicación esa música.  En eso entra la cultura que tengan las personas que están encargadas de llevarle a la gente esa música. Regularmente estamos hablando de personas que no tienen una alta cultura. Desgraciadamente nuestros medios de comunicación no están copados de personas con la cultura suficiente para mostrarle a la gente lo que es realmente válido desde el punto de vista musical. Este es un fenómeno que pasa de igual forma en el mercado discográfico. Nosotros nos hemos querido convertir en el fenómeno comercial, que no vamos a lograr ser hasta que no se tenga una visión comercial. No podemos llegar a ser un fenómeno comercial porque no es el principio del trabajo de las disqueras y no logramos serlo cultural porque no están capacitados los que están al frente de las disqueras para pensar con visión futurista en la música que nosotros hacemos. Por ejemplo yo tengo un disco con la orquesta de radio y televisión española que es el disco más vendido de la música cubana. Ha vendido casi un millón de copias. Yo hubiese preferido haberlo grabado con una orquesta cubana. También tengo otros dos que tampoco se conocen en Cuba. Pienso que en todo eso ha incidido el hecho de que a veces la música no está dirigida por los propios músicos”.


Hemos hablado mucho sobre el género lírico, pero ¿qué es para Ulises Aquino el arte lírico?

-El género lírico es mi esencia como persona, es mi  vida y es tan importante como mi familia, de hecho ahora tengo una familia mucho más grande con Ópera de la calle. Tuve mucha suerte de ser hijo de un gran cantante y de formarme en el Teatro Lírico Nacional hace 25 años, con personas que estaban muy bien preparadas y que venían con una tradición tremenda. Creo que mi forma de ser tiene que ver con todo ese escenario donde crecí. En la vida se viven procesos de cambios y a veces es necesario buscar nuevos horizontes, sobre todo cuando tú te vas dando cuenta que en la forma en que se están haciendo las cosas no es suficiente para llegar a la gente. Uno como músico tiene una función social y si no existen las personas que van a recibir lo que tú eres capaz de hacer entonces no tienes sentido como artista, por ende yo pienso que el género lírico es libre, es necesario mostrarlo fundamentalmente a los jóvenes.     

¿Qué temas no pueden faltar en tu repertorio personal?

-En mi repertorio nunca puede faltar música cubana, muy a pesar de que el trabajo de un cantante lírico está fundamentado en muchos aspectos de la ópera italiana, francesa, romances y zarzuelas españolas. La música cubana es básica porque no sirve de nada que tú cantes como nadie el Barbero de Sevilla y no seas capaz de cantar un Sóngoro cosongo que es tú esencia, tu raíz. Independientemente de que pienso que la música cubana tiene la misma valía o quizás es mucho más rica que otras composiciones en el mundo.

miércoles, 18 de abril de 2012

Fotógrafos en La Habana: Cathryn Griffith. 2010










































domingo, 15 de abril de 2012

Origen del Sándwich Cubano



Tomado de El Nuevo Herald.
 

AVIGLUCCI@MIAMIHERALD.COM


Ah, el sándwich cubano... la suculenta carne de cerdo fundida con queso suizo derretido, sabrosos pepinillos encurtidos, mostaza amarilla y pan crujiente en una plancha caliente. Tan delicioso, tan querido, con tantas reminiscencias de su hogar natal en… ¿Tampa?
Sí, Miami, es cierto: esa ciudad hermana en el otro extremo del Tamiami Trail está reclamando como suyo el sándwich que los exiliados cubanos han hecho famoso.
El jueves, el concejo de la ciudad de Tampa votará para adoptar lo que llama el “sándwich cubano histórico de Tampa” como el “sándwich típico” de la misma. La resolución, producto de esfuerzos por promover la cultura y la historia de Tampa, está basada en investigaciones que concluyen que lo que se conoce hoy en día como sándwich cubano se originó en la Ciudad del Tabaco, así llamada debido a los tabaqueros cubanos cuya llegada allí en el siglo XIX precede la existencia misma de Miami.
La resolución de Tampa precisa en detalle hasta el número de pepinillos encurtidos con sabor a eneldo (tres) de la receta de ese autentico sándwich cubano, que por supuesto incluye verdadero pan cubano, puerco adobado y asado, jamón… y salame de Génova.
¿Salame? ¿De verdad?
Pues sí.
Desde que se tiene memoria, los cocineros de Tampa a cargo de hacer sándwiches cubanos han puesto una tajada de salame o mortadela entre la carne de puerco y el queso, reflejando la influencia –según los investigadores—de los inmigrantes cubanos que se unieron a los cubanos en el barrio tampeño de Ybor City a inicios del siglo pasado.
Lo cual hizo reír al alcalde de Miami (y exiliado cubano) Tomás Regalado, quien, lo mismo que muchos en Miami, nunca ha oído hablar de un sándwich cubano con salame.
“Oh. Wow’’, dijo Regalado. “Tampa ciertamente tiene una tradición, pero el salame es para la pizza’’.
Lo que es seguro que la resolución de Tampa ha caído, entre esos miamenses que se toman esas cosas muy en serio, como una patada en el hígado del orgullo del exilio, reviviendo un viejo debate sobre los nebulosos orígenes del “sángüiche” cubano y — por supuesto — quién lo hace mejor.
O incluso si es posible siquiera comerse un buen sándwich cubano en ningún lugar, en cualquiera de las dos ciudades, ya que los cocineros recurren cada vez más a ingredientes baratos como jamón hervido en lugar de glaseado, y carne de cerdo procesada en lugar de pierna asada a fuego lento tras empaparla de mojo, o concesiones al paladar estadounidense tales como lechuga, tomate y mayonesa, como en la versión que se vende en algunos lugares de Cayo Hueso y Tampa.
“Yo he estado en Cuba, yo he estado en Miami, y en ninguno de esos lugares sirven un buen sándwich cubano”, dijo el artista de Tampa David Audet, cuya investigación de la historia del sándwich cubano se usó para el boceto de la resolución del sándwich oficial de la ciudad, según The Tampa Bay Times.
Esas palabras son una declaración de guerra.
Medio en broma y medio en serio, el alcalde Regalado retó a Tampa a una competencia de sándwiches. Por coincidencia, la publicación Latino Times está organizando un festival del sándwich cubano en Tampa el 26 de mayo, en la cual patrocinadores revivirán la tradición desusada de la ciudad de hacer competencias de sándwiches cubanos.
Sandwich en La Habana
Víctor Padilla, nacido en Tampa y organizador del evento, dijo que él dará la bienvenida a concursantes de Miami. El admite como válidas tanto la versión de Miami como la de Tampa, siempre y cuando se respeten los ingredientes básicos. Su favorito es como lo preparaba su abuelita cubana, con salame, mostaza y mayonesa, enmantequillado y en la plancha.
“Todo el mundo tiene un gusto diferente, pero al fin y al cabo lo que importa es la calidad de los ingredientes”, dijo.
Pero incluso en la fórmula de Padilla hay muchas cosas que los aficionados cuestionan, además del salame. La mayonesa, seguro; la mostaza — a unos les gusta; a otros, como Regalado, no —; incluso la plancha, que según algunos no es auténtica en el sentido histórico. En cuanto a este último argumento, la receta del concejo de Tampa se abstiene.
“Ya sea que lo pongan en la plancha o lo tuesten, esos son detalles”, dijo la concejal de Tampa Yvonne Yolie Capin.
Pero de que el sándwich cubano de Tampa precede con mucho al de Miami, Capin no tiene duda. Ella cita investigaciones hechas por un equipo de trabajo de la ciudad, el cual concluyó que los tabaqueros cubanos adaptaron el viejo sándwich mixto — distintas carnes puestas entre dos pedazos de pan para el descanso del almuerzo — de su isla natal, usando lo que encontraban a mano en Tampa.
“Esto es historia oral, y como en toda historia oral uno dice: ‘Es probable que haya pasado así”, dijo Capin, cuyo bisabuelo era cubano. “No estamos diciendo que sea el más sabroso. Estamos diciendo que hemos estado sirviéndolo por más de 100 años. Y es en gran medida una creación de Tampa”.
En otras palabras, el sándwich cubano puede haberse originado en Cuba pero se perfeccionó en Tampa, sostiene el bibliotecólogo de la Universidad de South Florida Andrew Huse, autor de una historia del restaurante cubano-español más celebrado de la ciudad, el Columbia, que abrió en 1905. Huse, que se confiesa fanático de la comida cubana, dijo que encontró mencionado el sándwich cubano en menús de Tampa que se remontaban a principios del siglo XX, incluyendo versiones con pavo y tomate, pero que asumió su forma aceptada actualmente hacia la Segunda Guerra Mundial.

Una teoría interesante, dicen algunos en Miami. Pero no explica por qué el sándwich — sin salame — se servía en populares cafeterías habaneras tales como El Siglo XX y El OK, y numerosas bodegas de esquina, aunque por supuesto en Cuba no se le decía sándwich cubano.
“Uno le decía ‘dame un sandwich’ y el lonchero sabía lo que uno quería decir”, dijo Max Lesnick, líder estudiantil antibatistiano de la década de 1950 que todavía recuerda dónde se servían los mejores, quiénes eran los que lo hacían, y la receta básica: pan de agua (hecho sin manteca), pierna asada en casa, jamón de Virginia, queso suizo, pepinillos encurtidos y mostaza, nunca a la plancha. El precio era 40 centavos.
En una bodega, un sangüichero conocido como Paco atrajo a un grupo de agitadores estudiantiles, incluyéndose a él mismo y a Fidel Castro, dijo Lesnick, quien durante un tiempo en 1956 tuvo una cadena de seis puestos en La Habana que servían otro sándwich típico, la frita. Fue Paco quien, todavía en La Habana, le dio la receta del sándwich a un exiliado temprano a quien Lesnick recuerda sólo como Badía, quien empezó a servirlos en un mostrador para almuerzo en Flagler Street alrededor de 1961 o 1962 en lo que luego se conoció como La Pequeña Habana, dijo.
Pero otro cubanoamericano de Miami afirma que su difunto padre sirvió el primer sándwich cubano en Miami en 1947, y puede probarlo. Frank Garcés dice que su padre, también llamado Frank Garcés, compró un bar llamado Do Drop Inn en Miami a su llegada de Nueva York y empezó a servir sándwiches cubanos además de perros calientes. Un año después, él se hizo dueño de Knife and Fork, un mostrador para almuerzo en Allapattah.
La Esquina de Tejas en Santo Domingo, Republica Dominicana
donde se puede comer un buen sandwich cubano.
El sándwich se hizo tan popular con los trabajadores cubanos de las factorías del área que Garcés padre puso un cartel sobre su cafetería proclamándola The Home of the Cuban Sandwich (El Hogar del Sándwich Cubano). Garcés tiene fotos fechadas del Knife and Fork de 1950 y 1954 que muestran los carteles anunciando el sándwich cubano.
Garcés dice que cree que su padre aprendió a hacer el sándwich mientras trabajaba en diversos lugares en La Habana en la década de 1920. Llevaba mostaza, pero no salame, la misma versión que él disfrutaba en sus viajes de verano a la ciudad, dijo Garcés.
“Papá se hizo famoso con el sándwich cubano’’, dijo Garcés. “Yo tendría que decir que él lo bautizó como el sándwich cubano’’.
Sándwich en La Habana
No obstante, al fin y al cabo, que se haya inventado en Tampa o en Miami el sándwich reconocido en todo el mundo, dijo el bibliotecólogo Huse, “no son más que conjeturas”.
“Puede ser que Miami encontrara el sándwich independientemente de Tampa’’, dijo. “En algún momento, tenemos que admitir que las dos ciudades provienen de un mismo patrimonio”.

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sábado, 14 de abril de 2012

Fotografos en La Habana: Philip-Lorca Dicorcia. 1999













viernes, 13 de abril de 2012

Fotógrafos en La Habana: Burt Glinn. 1959